miércoles, 3 de diciembre de 2014

Borrador para una sucesión de hechos fugaces

El ascensor no bajará, por tercera vez. Tiene pleno conocimiento del hecho. Aún así llamará una cuarta vez, quizás una quinta. Son ya las nueve, los siete pisos parecen eternos. Llamará al encargado del edificio y será inútil porque estará tomando sol en una de las plazas del microcentro. Intentará tirar de la cuerda hasta que el piso metálico aparezca por la abertura. Se colgará de ella si es necesario. En última instancia, encenderá la alarma de incendios, alertará a la policía y esperará pacientemente junto al fuego. Los bomberos traerán una de esas grúas de estilo para rescatar a la gente que grita entre las llamas. Subirá por allí y pedirá que lo dejen en la ventana de su habitación. El fuego le subirá por la boca y se hará humo en segundos. Buscará la urna que le corresponde y encontrará la orilla de un mar, en la última tarde del verano.

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