en la cabeza de la serpiente que repta a los lavatorios
en la cumbre borrascosa de un alcohólico en verano
en la calma sinuosa de los ríos en llamas
en las lápidas grabadas en las azoteas árabes
en la espada que devora la piedra de amaranto
en el vómito cansado de las bocas de tormenta
en la sangre de los duques en la noche de San Juan
en la edad de los astros
en la noche de los cargos
en la conformación del dios
me deslizo
sigo
vivo